Macilento, hirsuto, diletante.
Palabras que tienen su aspecto. Carne,
tono, textura, estado de ánimo.
El atisbo triste de una reunión de ues o
el alegre de las ies.
O palabras que pasan por enfrente
mientras las dices:
Catarata.
Accidente.
Estertor.
Balanceo.
Y amable que es ama-ble. Y recordar que
es re-cordar.
O palabras como campanas, como
canciones, como el chirriar de un neón.
Glicinia, crepitar, estantería.
Decrépito, inerme, crujiente.
Deseoso, piragua, establo.
Y a veces además de esa apariencia
perfecta del sonido y aspecto de las palabras encontramos también que por sí
mismas ellas cuentan ya una historia.
Por ejemplo; excesivamente delicado, fino,
primoroso
que se dice también superferolítico.
que se dice también superferolítico.
Qué maravilla de palabra:
Superferolítico
Superferolítico
Superferolítico